La depresión en la mujer
La depresión se da en la mujer casi el doble que en el hombre. Esto puede deberse a la presencia de factores hormonales, tales como los cambios en el ciclo menstrual, el embarazo, el aborto, el posparto, la premenopausia y la menopausia. Además debe considerarse el hecho de que muchas mujeres enfrentan cotidianamente situaciones de estrés a raíz del esfuerzo por mantener múltiples actividades, como lo son el cuidado de los niños, el mantenimiento del hogar y el trabajo.
Un período especialmente sensible en la mujer, en donde el riesgo de padecer una depresión se eleva, es la etapa posterior al nacimiento del bebé, la cual se conoce como depresión posparto. Es normal que algunas madres nuevas padezcan episodios pasajeros de tristeza, pero un trastorno depresivo no lo es y requiere tratamiento. El tratamiento realizado por un terapeuta sensible que pueda ofrecer apoyo emocional a la madre y a la familia, son esenciales para que la mujer recupere su bienestar físico y emocional y su capacidad para cuidar y disfrutar de su hijo.
La depresión en el hombre
Si bien la tasa de incidencia de la depresión es menor en el hombre, suele ser más difícil su diagnóstico y su tratamiento ya que el hombre es más reacio a admitir su problema y a consultar por él. Quizás por esto, es que la tasa de suicidio en el hombre es cuatro veces mayor que en la mujer.
Muchas veces la depresión en el hombre se acompaña de hábitos adictivos (como el alcohol y las drogas) que enmascaran la enfermedad. Así también, el hábito socialmente aceptado de trabajar en exceso, puede encubrir una depresión.
En el hombre la depresión suele manifestarse con irritabilidad, ira y desaliento, en lugar de sentimientos de tristeza y desamparo. Estos factores pueden contribuir a que el hombre tenga más dificultades para reconocer que padece una depresión.
La depresión en la vejez
Es erróneo creer que las personas ancianas se depriman como una consecuencia habitual de la edad o las circunstancias de la vida. La mayoría de los ancianos se sienten satisfechos con sus vidas. Es de suma importancia que un anciano realice una consulta si se encuentra deprimido, aunque sólo refiera síntomas físicos. Si bien pueden ser reacios a hablar de sus problemas, se ha observado que la psicoterapia es uno de los tratamientos más eficaces para la depresión en los ancianos. El reconocimiento y tratamiento de la depresión en la vejez hará que este período de la vida sea más placentero para el anciano deprimido, para su familia y para quienes le cuidan.
La depresión en la niñez
La depresión en la niñez se empezó a reconocer hace relativamente poco tiempo. El niño deprimido puede simular estar enfermo, negarse a ir a la escuela, no querer separarse de los padres o tener miedo a que uno de los padres se muera. El niño más grande puede ponerse de mal humor, meterse en problemas en el colegio, comportarse como un niño travieso o indisciplinado o sentirse incomprendido. Dado que los comportamientos normales varían de una etapa de la niñez a otra es a veces difícil establecer si el niño está pasando por una fase de su desarrollo o si realmente está padeciendo una depresión.
Algunas veces el niño es derivado a consulta por un pediatra. Siempre es aconsejable que el niño sea atendido por un Psiquiatra o Psicólogo Especialista en niños. Los padres no deben temer en realizar las preguntas que crean necesarias. A modo de recomendación, se sugieren las siguientes preguntas:
- ¿Está capacitado el profesional que va a llevar a cabo la psicoterapia?
- ¿Qué tipo de psicoterapia recibirá el niño?
- ¿La familia participará de la psicoterapia?
- ¿Será el niño tratado con antidepresivos?
- ¿Por cúanto tiempo?
- ¿Cúales podrían ser los efectos secundarios?